viernes, 10 de junio de 2011

GLOBAL ENTREPRENEURSHIP MONITOR, REPORTE ANUAL COLOMBIA 2008.



El GEM es un proyecto de investigación realizado por un consorcio internacional conformado en el 2008 por investigadores de 43 países de los cinco continentes. En Colombia, lo realiza un consorcio integrado por la Universidad de los Andes, la Universidad ICESI, la Pontificia Universidad Javeriana de Cali y la Universidad del Norte.

El emprendimiento como motor de la generación de riqueza es un fenómeno global, donde los países viven sus procesos de creación de empresas en forma simultánea con sus procesos de desarrollo económico. Al participar en el proyecto mundial GEM, Colombia forma parte de una red planetaria de investigación y reflexión. Esta cuenta con más de 80 universidades o centros de investigación y cerca de 250 personas, entre investigadores y personal de apoyo, distribuidas en todo el mundo. Las posibilidades de apalancar en el trabajo de estas personas un mejor entendimiento de la actividad emprendedora en nuestro país, y entender esta desde una perspectiva global, son todo un activo que se hace realidad gracias al trabajo de GEM Colombia y de las entidades que apoyan y posibilitan este proyecto.

Principales Características De La Actividad Emprendedora.

La tasa de actividad emprendedora (TEA) en Colombia en el año 2008 fue del 24,52%, una combinación de nuevos emprendedores (13,82%) y los nuevos empresarios (11,73%).
Curiosamente, en 2008 la proporción de nuevos emprendedores fue muy superior a la del 2007 (cuando fue de 8,02%), mientras que la proporción de nuevos empresarios fue menor que en el 2007 (15,53%). A su vez, el porcentaje de empresarios establecidos aumentó de 11,56% en el 2007 al 14,07% en el 2008. Esto indicaría que más empresas están alcanzando la etapa de empresas establecidas, al mismo tiempo que más nuevas empresas se crean por año. Esta hipótesis deberá estudiarse en los próximos años, para verificar si se trata de una tendencia consistente o es solo un resultado puntual en el tiempo.
La TEA para hombres registró un notable aumento, al pasar de 26,91% en 2007 a 30,25% en 2008. La TEA para mujeres solo incrementó ligeramente: de 18,77% en el 2007, pasó al 19,1% en el 2008.

Desarrollo de la actividad emprendedora.

Las cifras indican que en Colombia la actividad emprendedora está manifestándose con fuerza en dos extremos opuestos de la distribución. De una parte, un segmento de la población estaría moviéndose hacia oportunidades emprendedoras de mayor calidad. El emprendimiento motivado por oportunidad dentro de la actividad emprendedora fue mayor este año, al aumentar del 12,57% en el 2007 al 13,89% en el 2008. El porcentaje de nuevas empresas en etapa temprana que espera crear más de cinco puestos de trabajo en los próximos cinco años fue de 30,63% en 2008, el valor más alto de todos los países GEM, con excepción de Chile. El porcentaje de nuevas empresas que esperan crear 19 ó más puestos de trabajo en el mismo período es del 4,31%, el más alto de todos los países GEM. El porcentaje de empresas que participan en actividades de “media o alta” tecnología es del 7,42%, lo que hace de Colombia, con Uruguay, los países con los resultados más altos de este indicador para América Latina y coloca al país en el grupo de los niveles más altos del mundo en esta clasificación.
Al mismo tiempo, sin embargo, para una parte importante de la población, la calidad de las oportunidades emprendedoras podría estar empeorando. El emprendimiento motivado por necesidad pasó del 9,28% a 10,15%. Las razones, que no tienen que ver con la oportunidad como motivación (por ejemplo, la “necesidad” o el deseo de “mantener los ingresos”) fueron más altos en el 2008, al pasar del 46,56% el año pasado al 50,9%. En este indicador, Colombia también tiene una de las tasas más altas en el mundo, después de Macedonia, Jamaica y
Bosnia.

Características únicas nacionales.

El proyecto de investigación GEM ha mostrado que Colombia se encuentra constantemente en los primeros países a nivel mundial en términos de actividad emprendedora (TEA). En el 2008, el país presenta el tercer índice de TEA en el mundo, después de Perú y Bolivia. Se destaca el hecho de que tres países andinos obtengan estos resultados. Gran parte de la actividad emprendedora en esta región tiene en la necesidad su motivación y provee sólo ingresos de subsistencia para los emprendedores. Sin embargo, los resultados muestran que existe un fuerte espíritu emprendedor que caracteriza a la cultura, el cual debe considerarse como un importante activo para el desarrollo económico.

Relación de la Tasa de Actividad Emprendedora (TEA) con el desarrollo económico.

El grado de impacto de la actividad emprendedora sobre la economía en general depende de la fase de desarrollo económico en que se encuentra cada país.
Colombia, país catalogado dentro de esta categoría, presentó en el 2008 una tasa de actividad emprendedora del 24,5%, que muestra un leve aumento respecto al 2006 y 2007 (23%). Este resultado indica que aproximadamente 6,5 millones de personas se encuentran en el proceso de creación de una nueva empresa.
Esta mayor actividad emprendedora se debe principalmente al aumento en el número de emprendedores nacientes, los cuales muestran un repunte después de la caída presentada en el 2007.
De igual forma, se registra una reducción importante en el número de nuevos empresarios, pero al mismo tiempo se presenta un notable aumento en el número de empresarios establecidos (19,6%), lo cual puede significar que muchos de los nuevos empresarios (3 - 42 meses) se convirtieron en empresarios establecidos, lo que indicaría una mayor supervivencia de las iniciativas emprendedoras en los primeros tres años y medio de su actividad.

Colombia registra un importante aumento en el indicador de propietarios de empresas establecidas, pues de un 11,56% en el 2007 pasó a un 14,07%, en el 2008, es decir, aproximadamente uno de cada siete es propietario parcial o total, y participa en la administración de una empresa que ha estado en operación durante 42 meses o más. Un índice alto de empresas establecidas indica que una gran proporción de las empresas creadas ha logrado superar sus primeros tres años de vida, lo que elevaría su probabilidad de supervivencia y llevaría a su mayor estabilidad en el tiempo (Headd, 2003; Arias y Quiroga, 2008)

Colombia, con el 7,1% de tasa de abandono11, ocupa el décimo lugar de los 43 países que participan en el estudio GEM. Sin embargo, debe destacarse la tendencia a la disminución en la tasa de abandono que viene registrándose en Colombia desde 2006 (ver tabla 1.2). Países latinoamericanos con menor actividad empresarial total (TEA + empresarios establecidos) que la colombiana, como Argentina y Perú, presentan mayores tasas de abandono, de 10,2% y 13,6% respectivamente.


Perfil De Los Emprendedores Colombianos.

Como sucede en la mayoría de países analizados, la tasa de actividad emprendedora presentada por los hombres es superior a la de las mujeres. A diferencia del 2007, cuando se presentó una ligera disminución en la tasa de actividad emprendedora TEA para los hombres respecto al
2006, este año los emprendedores colombianos presentaron un aumento: del 27% en el 2007 pasaron al 30% (ver gráfico 2.1). La relación entre la TEA de los hombres y la de las mujeres en
Colombia es 1,58, frente al 1,43 del año anterior. Esto significa que por cada 10 mujeres que están creando empresas en Colombia, hay 16 hombres en la misma circunstancia, acentuando un poco más esta disparidad de género.

En cualquier caso, las mujeres mantienen una tendencia de crecimiento en su participación en la tasa de actividad emprendedora (17,3% en el 2006, 18,8% en 2007 y 19,1% en 2008).
Del total de hombres encuestados, el 18,3% son personas con empresas establecidas, mientras el 10% de las mujeres lo son. Esto significa que por cada 10 mujeres con empresas establecidas, hay 18 hombres en igual situación. Se ha dado un incremento para ambos géneros en el número de empresarios establecidos en los últimos tres años, lo que vuelve a reflejar una mayor supervivencia de las empresas con más de 42 meses de vida en este período.

Esta superioridad en la participación de los hombres frente a las mujeres en actividades emprendedoras se presenta en la mayoría de los países del mundo, excepto en Angola, donde por cada 10 mujeres hay 8 hombres que se encuentran en el proceso de crear y consolidar una empresa. Se evidencia la influencia cultural sobre el papel que ejerce la mujer dentro de la sociedad en estos países al analizar estas relaciones.

Colombia es el país de Latinoamérica con la menor participación de emprendimientos por oportunidad, dentro del total de actividades emprendedoras.


CARACTERÍSTICAS DE LAS NUEVAS EMPRESAS EN COLOMBIA.

Sectores de actividad.

Utilizando la clasificación de la ISIC16, el GEM agrupa los sectores productivos en los cuales están creándose las nuevas empresas en cuatro grandes categorías:

a.    El sector de comercio o de servicios de consumo (donde el consumidor primario es principalmente una persona; por ejemplo: restaurantes, bares, hoteles, comercio al por menor, salud, educación, servicios sociales, recreación).
b.    El sector de transformación (construcción, manufactura, transporte, ventas al por mayor).
c.    El sector de servicios industriales (donde el consumidor es principalmente otra empresa, seguros, bienes raíces y demás servicios a las empresas).
d.    El sector extractivo (extracción de productos de la naturaleza como agricultura, forestal, pesca, minería).

Como se puede apreciar en el gráfico 3.3, el mayor número de nuevas empresas (53%) se encuentran en el sector de servicios de consumo. Este indicador se ubica por encima del promedio de los países cuyas economías son impulsadas por la eficiencia (48%) y es también mayor que el promedio de los países con economías impulsadas por la innovación (40%). Este es un cambio significativo que se ha tenido desde el año 2006, cuando el sector de transformación congregaba la mayor cantidad de nuevas empresas (49%; ver gráfico 3.4).

En 2008 se presentó una reducción en la participación de las categorías de consumo y transformación, y a cambio ocurrió un aumento en el sector de servicios industriales, donde las empresas prestan servicios especializados a otras. Estos servicios suelen ser intensivos en empleo.

En el segundo lugar, entre los sectores donde nacen nuevas empresas, aparece el sector de transformación, que reporta un 23% de las nuevas empresas, por debajo del promedio de los países con economías eficientes y de los países con economías de innovación. Este sector muestra una disminución de más del 50% respecto al 2006 (ver gráfico 3.4), lo cual implica un cambio en la orientación de las nuevas empresas asociadas con la industria, la construcción, el transporte y las ventas al por mayor hacia los mercados de servicios de consumo y de servicios industriales.

El sector extractivo presenta el valor más bajo para Colombia, pues sólo un 8% de las empresas se crean en aquel. Este sector registra un incremento gradual desde el 2006. A pesar de esto, Colombia presenta más empresas creadas en este sector que otros países con niveles iguales de desarrollo y también con niveles de desarrollo mayores.


Percepción de oportunidades.

El 67% de los encuestados afirma que aspira a iniciar una empresa, solo o acompañado, en los próximos tres años. Con este porcentaje, Colombia se sitúa en el primer lugar de los países que participaron en GEM en 2008 (ver tabla 5.6). El 62% de los encuestados ve buenas condiciones para la iniciación de nuevas empresas en los próximos seis meses cerca del área donde vive. Es importante anotar que este optimismo aumentó respecto al año 2007, cuando la cifra fue del 58%.

La buena percepción de los colombianos sobre oportunidades futuras para la creación de empresas puede estar relacionada con el buen comportamiento general de la economía y del entorno empresarial en 2008 y los años anteriores. Es posible que la reducción en el crecimiento económico general en 2008 se refleje en una disminución en la percepción de oportunidades para la creación de empresa en el próximo estudio GEM.

Respecto a la percepción de oportunidades de empresas futuras, en general, para todos los países los hombres expresan mayor optimismo que las mujeres, con excepción de Angola, Bolivia, India, Letonia y Perú. En Colombia, los hombres reportaron una tasa de 63,8% (1% más que el año anterior) frente al 59% de las mujeres, las cuales también presentaron un aumento del 5% en este indicador.



INFORME ESPECIAL. LA UTILIDAD DEL GEM EN EL DISEÑO Y SEGUIMIENTO DE UNA POLÍTICA PÚBLICA SOBRE EMPRENDIMIENTO.

Hoy, la importancia del emprendimiento como factor crítico dentro de los procesos de crecimiento económico de los países es reconocida en el mundo entero. Sin embargo, esto no fue siempre así. Desde el punto de vista macroeconómico, el crecimiento se ha explicado tradicionalmente a partir de las asignaciones de factores (capital y trabajo) y de los efectos sobre la productividad generados por otras variables como la acumulación de nuevo conocimiento. El papel del emprendedor y la forma como los efectos del emprendimiento se traducen en crecimiento económico han recibido poca atención en este contexto. Los estudios sobre emprendimiento se han concentrado en los niveles de la firma y la región, pero se ha investigado poco sobre la creación de empresas como vehículo para acelerar la creación de la riqueza de las naciones.

Esta situación ha cambiado rápidamente en años recientes. Hoy existen evidencias claras de la relación entre la creación de empresas y el crecimiento económico de los países. Sin embargo, la escasa atención que se le prestó en el pasado al tema lleva a que solamente exista un conocimiento limitado sobre los mecanismos concretos que pueden utilizar los gobiernos nacionales con el fin de estimular el emprendimiento y lograr que éste se traduzca en crecimiento económico. Hoy, cuando los gobiernos en el mundo entero buscan maneras para estimular el emprendimiento, se sabe poco sobre cómo diseñar políticas con este objetivo y cómo medir sus resultados.

Esta es toda un área del conocimiento que está en proceso de construcción en el ámbito internacional. El reto es particularmente difícil, porque el emprendimiento es un fenómeno que parte del comportamiento de los individuos, mientras que las políticas públicas en estos temas suelen tener como foco la generación de incentivos para las empresas.

Una política de emprendimiento debe actuar al mismo tiempo en los niveles del individuo, la empresa y la institucionalidad macro, si quiere ser efectiva. Debe estar dirigida no solamente a los individuos emprendedores, sino también a quienes hoy no lo son, pero podrían serlo. Debe trabajar permanentemente para acelerar el ciclo que va desde la motivación del individuo hasta su actuación y su impacto en el nivel macro. Debe explorar las iteraciones posteriores, cuando el efecto demostración puede llevar a nuevos individuos a participar en un círculo virtuoso de crecimiento económico. Los esquemas de política pública en el mundo no están acostumbrados a este tipo de desafío.

En este contexto, resulta particularmente útil considerar el estudio GEM como un insumo en el diseño y la evaluación de política pública para el emprendimiento. El objetivo de este capítulo es explorar los retos que implica una política pública de emprendimiento y la forma como GEM puede ayudar a los gobiernos a identificar las brechas que deben cubrirse para lograr los objetivos buscados.

Emprendimiento y crecimiento económico.

La mayoría de los economistas están de acuerdo en la idea de que la creación de empresas y el emprendimiento son importantes para el crecimiento económico. Sin embargo, el individuo emprendedor y su comportamiento brillan por su ausencia en la gran mayoría de los modelos (Carree & Thurik, 2007).

Quizás el economista que dio la mayor importancia a la figura del emprendedor fue Schumpeter (1961), quien planteó que el crecimiento económico está asociado a la aparición de sucesivas oleadas de “destrucción creativa”, donde permanentemente surgen empresas nuevas, lideradas por emprendedores que crean formas novedosas de atender las necesidades de los consumidores y desplazan a las empresas tradicionales en el mercado. Sin embargo, la investigación empírica que ha logrado modelar el emprendimiento en forma explícita a partir de estos conceptos ha sido limitada.

Es claro por qué el emprendedor se ha omitido de los modelos de crecimiento. Por una parte, mientras que el foco de la atención ha estado en el comportamiento de las firmas, el emprendimiento es un fenómeno que se inicia en las motivaciones y actitudes de las personas. Además, hay una consideración práctica: resulta muy difícil identificar variables que permitan capturar información sobre la dinámica del emprendimiento. Algunos estudios, por ejemplo, han intentado utilizar el autoempleo como variable que permitiría medir el emprendimiento, pero esta solución deja muchas dudas y se presta para una alta ambigüedad al interpretar la información.

¿Por qué debe existir una política pública para el emprendimiento?

Antes de proceder a diseñar políticas públicas, es necesario revisar los fundamentos del problema. Los recursos públicos son escasos y solamente deben utilizarse en el desarrollo de instrumentos de política cuando no es posible lograr los objetivos a través de recursos privados. Si la creación de empresas es por definición una actividad privada, y sus rendimientos beneficiarán a individuos privados, ¿por qué se justificaría una política pública financiada con recursos de los contribuyentes para fomentarla?

La intervención del gobierno a través de mecanismos de política se justifica, en general, en dos casos: cuando hay deficiencias en el acceso de las personas a la información y cuando las actividades económicas generan externalidades. Por una parte, si la información no fluye, los agentes privados no pueden tomar las mejores decisiones y esto implica una pérdida de productividad en el uso de los recursos para toda la  sociedad. Por otra parte, cuando existen externalidades, los individuos generan, mediante su actividad económica, beneficios o costos que no registran en su contabilidad privada, de modo que toman sus decisiones sin tenerlos en cuenta y, en esa medida, también incurren en asignaciones de recursos que no son óptimas para la sociedad.

La política pública, entonces, debe focalizarse en resolver las deficiencias de información, dar soporte al surgimiento de las externalidades positivas y cambiar los incentivos que permiten la existencia de externalidades negativas.

Los elementos de una política de emprendimiento.

Una vez que se acepta la conveniencia de ejecutar una política pública sobre emprendimiento, la pregunta es: ¿cómo debe ser esa política? Para responder, hay que establecer una definición clara respecto a la naturaleza del emprendimiento que se desea estimular. La definición de emprendimiento puede ser difusa y su relación con el crecimiento económico ocurre a través de numerosos caminos. Para ilustrar esta diversidad de posibilidades, basta comparar la definición de un economista con la de un teórico de la administración. Desde la perspectiva del economista, Herbert y Link27 ven al emprendedor como alguien que articula la asignación de recursos: “El emprendedor es un individuo que se especializa en asumir responsabilidad y tomar decisiones que afectan la localización, forma y uso de bienes, recursos o instituciones”.

Por su parte, desde la perspectiva ya no del economista sino del administrador, Shalman y Stevenson28 establecen una diferencia entre administradores y emprendedores: “El emprendimiento es una forma de administrar que involucra la búsqueda de oportunidades sin tener en cuenta las restricciones dadas por los recursos que se controlan en el momento presente. Los emprendedores identifican oportunidades, ensamblan los recursos requeridos, ponen en práctica planes de acción y cosechan su recompensa por ello de una manera flexible y oportuna”. La OECD añade una precisión a esta definición: “Los emprendedores son agentes de cambio no solamente identifican oportunidades potenciales, sino que están dispuestos a correr los riesgos necesarios para averiguar si sus corazonadas son correctas” (Audretsch, 2003: 4). Una definición habla de administración de recursos, otra habla de oportunidades en medio de las restricciones y otra más habla de implementación y captura de valor. Todos estos son aspectos del mismo fenómeno del emprendimiento.

De lo anterior se desprende que el emprendimiento es una característica de las personas, que se expresa en su comportamiento y sus acciones. La misma persona puede demostrar características emprendedoras en una parte de su carrera y no en otra. El emprendimiento no es lo mismo que la pequeña empresa. Adicionalmente, el emprendimiento está asociado a la novedad y también a la competencia, tanto en el mercado de productos o servicios como en el mercado de los insumos utilizados para la producción. Por todo esto, es difícil entender la dimensión de este fenómeno dentro de la sociedad y precisar cuáles son las variables que una política de emprendimiento debería afectar.

Es importante entender que las políticas de soporte al emprendimiento no son idénticas a las políticas de soporte a la pequeña empresa, aunque tienen áreas en común. En primer término, el ámbito de las políticas de emprendimiento es mucho mayor, pues abarcan desde los emprendedores potenciales hasta las empresas actuales. Segundo, la política de emprendimiento debe enfatizar la importancia de la novedad y el cambio dentro de la propuesta de valor de la empresa. Tercero, mientras una política de pequeña empresa se concentra en el asunto de la firma, una política de emprendimiento debe tener en cuenta el entorno en el cual se gestan y surgen los emprendedores.

Bibliografía.

·         Tomado del libro: GEM, Global Entrepreneurship Monitor: reporte anual Colombia 2008 / Rafael Augusto Vesga … [et al.]. -- Bogotá: Universidad de Los Andes, Universidad ICESI, Ediciones Uniandes, 2008.
·         Global Entrepreneurship Monitor; 2010 Global Report.



ELABORADO POR:

·         Vanessa Ariza Díaz.
·         Sonia López Rivera.

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